29 sept 2010

CORTE, BIOGRAFIA Y CONFECCION


A los 23 la pelea sigue siendo dura, siento que me quedan varios rounds por delante y no estoy dispuesto a tirar la toalla, quizás he perdido tiempo y tal vez haya ganado espacio, pero en los bolsillos no tengo nada que no pueda mostrar ya que el que me conoce sabe muy bien cuando riego el árbol y cuando tiro la piedra y escondo la mano.
Siempre habite el barrio de Ramos Mejia, en el Oeste del primer cordón del conurbano bonaerense, gracias a amistades y/o curiosidades se muy bien de que se trata el aroma a barrio y el perfume importado. Siempre tuve el perfil bajo y me caracterizo el respeto, nadie de mi familia le debe nada a ningún vecino y yo le debo mucho a los que me vieron y se callaron.

Como tantos argentos, soy uno mas de los que programa el reloj a las 6:15 de la mañana, se levanta, desayuna, se afeita, se cambia y parte a la vida. La rutina no me incomoda, siempre le encontré tinta a mis cartuchos cada vez que me sentí aburrido. Trabajar en relación de dependencia no me desagrada, aprendí a exprimir mi mas rendidor jugo de limón para preparar la mejor ensalada, tengo la suerte de haber entrado a la boca de un monstruo capitalista que muestra sus dientes de leche y retribuye de forma equitativa (soy consiente que existe otra gente mas exigente, desagradable y oportunista que explota al máximo sin redituar conforme a la actividad desarrollada).

Pase muchos veranos de mi vida en La Lucila del Mar, de pibe le sentí el gusto a la amistad que se va con el sol y cuando arrancan las clases. Hace un tiempo a esta parte entendí que desconectarse unos días con el mar y la flia nunca viene mal.
Una charla con mate y cigarro frente al mar, a las 19:30, con buzos y besos, puede ser mal para el estomago pero un recuerdo intachable en la memoria.

A los 19 fui vendedor de zapatos en San Justo y comprobé el mito de el pie "siempre chiquito" de la mujer. Fueron 5 meses dorados, donde lustre y le saque brillo a la palabra y la simpatía, le sonreí bastante a la competencia por las ventas y junte los primeros morlacos para garpar los particulares y terminar la secundaria como el sistema manda.

Cuando cumplí los 18 estaba terminando el secundario, en Floresta, barrio rockero-nacional, pase tardes en la plaza Velez Sarfield, camine la Avenida Avellaneda, crucé el puente de la estación no menos de 500 veces y también supe enamorarme. Fueron años donde le conocí el gusto a la planta mas dulce y saque chapa de ganador con y sin trofeo. No queme ninguna etapa, supe dormir en el banquito de una plaza y rendirme ante la inmensidad de alguna noche de carrera, corriendo con el caballo del comisario. Podría decir que solo me quedo un amigo de aquellas épocas, del cual tengo escasas noticias y muy poco interés en conseguirlas, el recuerdo mantiene vive el fuego del aprecio.

Me toco agachar la cabeza alguna vez, pero siempre saque ventaja competitiva del momento. No soy hipócrita aunque aprendí cuando reventar mentiras con cara de sincero. Tengo idas y vueltas, soy indeciso, muchas veces no tengo en claro lo que quiero, me subí en varias ocasiones a un tren en movimiento del cual me supe bajar y eso me gusta, tengo el freno clavado en el medio de los ojos y tengo la mano atenta para apretarlo cuando sea necesario.

Soy estudiante de abogacía hace tres exactos años, la situación es normal, navego en un bote bien preparado pero algunas olas se empeñan en tumbarme y me retrasan la carrera, soy vago para el estudio, tengo facilidad para la retención y el análisis y soy muy bueno improvisando y armando conceptos abstractos. Estudie guitarra dos años, me gusta la percusión, toco de oído la armónica y hasta que descubrí Taringa, solía comprar discos originales todo el tiempo (llegue a tener 237).

Tengo bien en claro lo que es rearmar pedazo por pedazo el corazón, también se que querer atarlo con hilo para matambre no es conveniente, como así también se que intentar ahogar una pena con humo del bueno suele ser precioso hasta el día siguiente que sigue dando vueltas como si nada hubiera pasado. No me llevo bien con el amor, merodea por mis costados en ocasiones esporádicas pero como buen central, duro, de fierro y rustico, siempre me como los amagues (y sus quiebres de cintura).

Si correr es el plan, prefiero caminar mirándote de costado, analizando el camino y ayudar a levantarte cuando te caigas por el apuro..

23 sept 2010

Gabriel Fernandez Capello



"...Si siempre viaje solo

y siempre vos fuiste mi faro en la ciudad..."

7 sept 2010

El 4to Valiente



...Valientes fueron aquellos que te olvidaron, que supieron tenerte y después se marcharon..

Valientes los que pelearon tu cariño, los que hoy guardan rencor a tus coloridos corpiños..

Valiente fui yo por aguantarme el enojo, por haberme atrevido a mirarte fijo a los ojos...




Gatita