Cosas de la contruccion..

Hoy ella se siente una obrera del corazón, acomodando ladrillo por ladrillo para armar una estructura acorazada que la proteja del malestar.

A lo largo de los años el clima inestable derribó varias veces lo que había edificado. Generalmente fueron los vientos (algunas palabras), en otras ocasiones las intensas lluvias (los ojos nublados) y algunas veces los terremotos (la sorpresa inesperada).

Desde chica siente que le arman y desarman a gusto y piacere los sentimientos, que regala una sonrisa y le retribuyen una trompada, que acumula un poco de afecto y es víctima de un robo sentimental.

Así se fue haciendo. Aprendió a masticar sensaciones, a mirar de reojo las buenas intenciones y a los ponchazos hoy se rearmó, recubierta de un manto de dudas que no la dejan avanzar.

No esta bien, se confunde, acelera, frena de golpe, avanza, retrocede, se hincha, se desinfla.. Es intermitente, no se relaja.. Y al final de todo, puede ser que tenga razón, aprendió de los golpes y ahora no baja la guardia y en la primera de cambio te noquea..

Ahora yo me pregunto.. Si ella, por no bajar la guardia y todos los días seguir a pico y pala laburando para no tropezar con otro error y que otra tormenta no le derribe las ganas, se pierde de un día soleado con buenas intenciones?

Las obreras del corazón son buenas armadoras, no se cansan, cumplen con el horario y hacen su trabajo tan perfecto que no dejan fisuras en la coraza protectora. Pero de tanto laburar, se olvidan que no todo termina en una tormenta y que a veces existe un arquitecto del alma dispuesto a proyectar la reconstrucción ideal de un ánimo roto.